Ser

Nadin, Iván:

         Mis dos grandes amores, mi vida, mi bisexualidad. Si os escribo una única carta para los dos es para demostrar vuestra igualdad ante mi amor por vosotros, mis amantes incansables. Quisiera compartir con vosotros mi gran revelación, que surgió de la realidad que creé, a partir de otra… que estaba llena de rutina cansina.

         Hoy sin saber por qué he tomado consciencia de ser. Lo curioso, es que no ha sido fruto de la búsqueda de una filosofía de preguntas y respuestas, ya que muchas veces no te llevan a ningún camino; más bien, es el resultado de una locura efímera llena de sueños y deseos pronunciados a lo largo de mi vida. Tan aliviada por vuestras fortuitas presencias, en un regalo de amor, que muchas veces creí inmerecida. Supongo que fue la culpabilidad, pero ¡qué más da! De hecho ¿no vivimos dentro de una gran mentira de lo que se supone que es existir, guiada por la inercia de los acontecimientos?

         Ver como el tiempo pasa por el ciclo de mi vida, sin poder retrasar el reloj de lo finito, hace que este universo urbano se me haga pequeño ante la deducción de ser, mi alma llena de luz y oscuridad.; la que vaga sin sentido entre la masa etérea de la religión y la ciencia. Un estado en cierto sentido agradable cuando recuerdo los momentos que nuestros cuerpos han compartido, lejos de las guerras amorosas y de la arquitectura matrimonial estándar.  Sin dejar que un anillo nos arrebate la vida para perderla y disfrutar en este planeta llamado Tierra.

         Pero hoy, ya no me conformo con vidas medio-completas, y ante tal descubrimiento ya no deseo ser el gato que finge ser domesticado, más bien quiero ser salvaje como nuestro sexo más desatado, libre como los caballos que aún viven entre paisajes protegidos por aquel que los amenaza.

         La conclusión y la libertad deseada, me ha revelado que existo, aunque también me ha enseñado que tan solo soy una bombilla blanca iluminando un día de colores. Mientras mi universo empequeñecía en el mar de los mundos, se ha tornado misterioso ante el choque de mis presentes diferenciados, la consciencia; con todas sus obligaciones y derechos han creado sus propias cadenas inútiles en el mundo y época en la que vivo. Sin querer me he convertido en un ser diferente, no solo en mi comportamiento, sino en pensamiento. Porque este efecto implica la evolución de mi vida estacionaria que he llevado hasta ahora. En el instante que rompí mi esclavitud hallé el concepto puro de la libertad y entré en la comprensión de sus limitaciones. Depender, aunque sea del sutil aire que respiro me hace sentirme prisionero. Por eso he tomado la decisión de abandonar esta materia que me atrapa recurriendo al natural proceso de la muerte.

         Cuando leáis esta carta no lloréis, más bien cantad de alegría, pues soy feliz con el paso que doy. Sé que no lo comprenderéis, solo pido que respetéis mi decisión. Es solo la consecuencia de mi lógica, mi alma y mi pensamiento.

                                                                  Adiós 

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