El calor quiere abrasar mi cuerpo… mis seis sentidos que fluyen por donde nada importa, pues son encarcelados por la sociedad y se escapan de una pesada prisión, echan al vuelo para experimentar las sensaciones inacabables de la vida: mirar con amor, sentirlo, esperarlo como la suave brisa en una noche de verano. Soñar que en el mundo existe la paz e ignorar que el mal existe. Volar entre las nubes para ver el mundo sin sentir sus secretos. Siento que la vida va más allá de mi propio cuerpo maduro, aquel que ha perdido la extraña juventud, pero no lo suficiente envejecido para realizar las locuras que todavía quiera hacer. Mi voz se traduce en una ligera pluma que viaja por el viento y quiero romper mis propias reglas para expresar, sentir, tocar, ver y hablar con la misma naturalidad con la que nací. Monólogos perdidos entre el ruido de la sociedad que quiere limpiar mis barreras para volver a ilusionarme con el mañana.
Quisiera que tan solo por un día nadie en el inmenso mundo sintiera; hambre, frío o calor. Que no necesitaran cualquier elemento material, que se olvidaran de la vergüenza, el ridículo o el miedo y salieran desnudos a la calle sin dolor, ni resentimientos, ni pavor y que tan solo hubiera amor, alegría y esperanza. Que pudieran expresarse desde su luz más íntima para experimentar los sentidos, para llorar por la vida, amarla y tener tanta hambre de ella que desapareciera el egoísmo, la maldad y la mentira. Entonces y solo aquel día lograríamos la libertad y cambiaríamos nuestros mundos.
El narrador
29/12/2025
Página 18
La página que sigue a Libertad continuará la próxima semana….