El olvido conjuró el hechizo e hizo que la historia y los gobiernos no supieran que eran las tierras del Ebro. Sus gentes vivían adormecidas mientras luchaban por sobrevivir entre la tierra y el mar, entre las batallas de guerras lejanas, que de vez en cuando rompían la rutina del duro trabajo y la supervivencia.
Los Olvidados conquistaron el Delta del Ebro y los Puertos de Tortosa- Besseit, a cambio de pagar con su amor y devoción a una tierra que ni ellos, ni sus descendientes pudieran escapar jamás de su embrujo.
Las Tierras del Ebro arropadas por el Padre “El río” y su Madre “El mar” fueron habitadas por el hombre desde tiempos donde tan solo existía la palabra. Y la casa de miles aves, cabras, lobos, nutrias y jabalís fue adornada por arrozales, olivos, viña y un pequeño grupo de Olvidados que, poco a poco, con el paso del tiempo, formaron parte del ecosistema al son de una jota. La Tierra se fundió con los Olvidados, fruto de una pasión mutua que gracias al hechizo sobrevivió hasta ayer, cuando la inyección envenenada del antiguo “Plan hidrológico nacional” rompió el silencio y la tranquilidad de la tierra. Por las aguas del Río Ebro tan solo bajaba rabia, dolor, humillación y olvido.
Los Olvidados miraron entre lágrimas a los futuros desheredados, sangre de su sangre, que por aquella fatalidad ya no tendrían pan que comer, ni techo donde cobijarse. El hechizo se rompió al son de treinta monedas de plata que les robó la herencia dejada por los Iberos.
Los futuros desheredados se quedaron solos e impotentes ante la agonía mortal de la tierra de sus padres. Mientras mediterránea abajo los grandes banquetes señoriales se repetían día a día.
La sigilosa muerte echó a los desheredados de su tierra. Fue el destierro de un ecosistema a comienzos del siglo de la Ecología.
29/12/2025
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La página que sigue a Carta de los Olvidados a los futuros desheredados. es : Circo